jueves, 4 de julio de 2013

Dos semanas y extrem makeover!

Hoy se cumplen las primeras dos semanas de fisioterapia y la evolución ha sido importante. Llegué a la fisio con dos muletas, andando únicamente sobre un pie y con una movilidad  super reducida, además, claro está de con un el ánimo por los suelos.  Por suerte me encontré con un fisio con el que me llevo muy bien, cosa que para mí era fundamental, pues si hay alguien con el que te tienes que sentir cómoda, ese es el fisio. Michael es justo lo que necesitaba, con la personalidad  ideal para un paciente como yo. 

Después de dos semanas de fisio y 4 sesiones. Puedo plantar perfectamente, soy capaz de balancearme, poniendo peso sobre la pierna afectada, he comenzado a flexionar solo unos centímetros, pero la pierna no parece una estaca, y masajes, electricidad y  ultrasonido, he llegado hoy a flexionarla unos 40 grados que desde nuestra perspectiva es todo un triunfo. 

Además, la diferencia anímica ha sido considerable. Hace un mes mi ánimo estaba por el subsuelo, tenía unos dolores horrorosos y además estaba sola la mayor parte del tiempo, lo que complicaba muchísimo cualquier cosa. Sin embargo, la fisio ha significado todo un cambio tanto físico como emocional.  Ayer, por ejemplo, fue mi primera salida ajena a médicos. Nos fuimos a pasear por el centro, a recorrer las calles que tanto me gustan, llenas de gente, porque además estaba haciendo una temperatura estupenda, y lo hice solo con una muleta  y además, cuando eran distancias cortas, lo hice incluso sin ellas.  Por lo que dos semanas han dado para mucho...

Y además, cuando las cosas marchan bien te das cuenta que tienes que estar agradecida porque la gente se ha volcado en tu recuperación.  Mi mamá ha  conducido incluso por facilitarme las cosas, ha cocinado y se ha convertido a pesar del miedo en toda una fisio principiante, que ha pillado rapidísimo los ejercicios de estiramiento. Jaime ha estado siempre ahí y su apoyo ha sido constante, aguantando conmigo aquellas primeras semanas que estábamos tan perdidos y que no sabíamos nada de nada.  Mis hermanos, maravillosos los dos, que siempre han estado pendientes de cada proceso y de cada nuevo avance. Mis suegros, que aunque se encuentran super lejos, han estado super cerca y además de las llamadas, Richi me ha mandado libros para leer en español que era lo que me apetecía. Gerindote como era de esperar ha estado ahí y mis amigas y mis alumnas me han hecho reír incluso en esos momentos en los que me parecía imposible.  Y por supuesto,  sería muy injusto no nombrar las llamadas de la abuela de Jaime  y su ofrecimiento de venirse a Dublin para cuidarme y ayudarme... y todo esto ha sido simplemente lo que me ha demostrado mi familia.

Por suerte, cuando tienes una familia que te quiere, los amigos se convierten entonces en una doble bendición. Ángela que mandó desde España los calmantes, resultó ser como su nombre, un ángel en esos días en que todo te parecía imposible. El super ramo de flores que me dio el colegio, una muestra de que recoges lo que cosechas y lo que coseché debió ser tan bueno, que incluso al finalizar el curso,  mi jefa vino a casa, con las flores, las tarjetas  y los chocolates que mis alumnos llevaron para mí el último día de clases. Mis amigas Rocío, Louise  y Sandra, constantes desde el principio y amorosas como siempre, dándome ánimos para seguir avanzando y recordándome lo mucho que me echaban de menos. Mis vecinos, unos verdaderos ángeles, que nos evitaron siempre que pudieron los taxis, llevándome ellos al médico, esperándome, recogiéndome, viniendo a casa y haciendo todo aquello que los vecinos maravillosos hacen. Incluso trajeron un ramo de flores precioso el día que llegó mi mamá. Querida Mairy, nos ha tocado duro, pero si que hay un camino, y dentro de nada, estaremos juntas, en Belfast o en Dublin, caminando nuevamente y riéndonos de  cuando Cassandra se apoderó de nosotras y solo veíamos desgracia en nuestro futuro. 

Como dije antes, siento que me fallaron algunas personas, pero, cada quien es como es y ahora ya se como son ellas, y ya se lo que se puede esperar. Ya lo dijeron una vez, si esperas siempre de las personas, las posibilidades de decepciones serán siempre más grandes... esto me hizo aprender, no solo de las personas, sino también de mi misma, y a la final, el balance será positivo. 

Ahora mismo, solo pienso en la recuperación, en que todo está saliendo bien. En que aún no me puedo bañar como una persona normal, o bajar o subir escaleras, o estar mucho tiempo de pie, o caminar largas distancias a una velocidad medianamente normal,  pero poco a poco todo se consigue y lo que hace dos semanas me parecía imposible, hoy está más que superado. Es lento, doloroso y los martes y jueves en ocasiones,  pueden ser super dolorosos, pero a quien algo quiere, algo le cuesta, y si el dolor  es proporcional a mi querer andar normal, entonces, por ende tendré que sufrir mucho...pero no estoy triste, las cosas y yo comenzamos a marchar!

1 comentario:

Almudena dijo...

¡Cómo me alegro, Dana!!