lunes, 24 de junio de 2013

Dentro de lo malo...habemus fisioterapia!

Bueno, por fin ha llegado el ansiado lunes  y con el la  cita con el médico. Ha sido para variar, un día largo, muy largo, de llegar a las 9:45 y salir a la 1:15, a pesar de tener la cita a las 10:00. Pero bueno, poco a poco te vas mentalizando  y asumes que es lo que hay, que no queda otra y que o te las calas o te las calas, porque debido al sistema irlandés, eso de salir para otro médico resulta  toda una odisea.

Por fin me ha visto el doctor jefe, que digo yo, que algo bueno habrá hecho para ser el jefe. Así mismo por primera vez un doctor se ha dignado a revisar las dos rodillas,  horrorizarse con el resultado, y hacer algunos movimientos, mortalmente dolorosos pero digo yo que  le sirven a él para comprobar el pobre y maltrecho estado de mi rodilla. 

Como entre médicos no se pisan tampoco la manguera, no dijo esta boca es mía, con respecto a los médicos que anteriormente me han visto. No dijo nada, pero su cara lo dijo todo al comprobar que hace una semana y ante la escasa por no llamar nula movilidad, no me hubiesen remitido a fisioterapia...hoy por fin, tengo el volante para recibir fisioterapia, pero como no es oro todo lo que reluce, resulta que lo idea sería recibir durante las primeras dos semanas, una sesión diaria, que obviamente, debido a la cantidad desbordante de personas que hay, resulta imposible, por lo que el caos se traduce en una sesión semanal.

Para quien no  haya tenido nunca fisioterapia, puede pensar que da igual, pues uno puede repetir los ejercicios en casa, y en cierta medida es verdad, pero resulta que el grueso de la sesión es a través de aparatos como la electricidad, el ultrasonido,  la lámpara de infrarojos, el láser, etc, dejando quizás solo unos 20 min al trabajo físico. Y claro, yo puedo repetir eso como si en eso se me fuese la vida, que en realidad se me va, pero nunca será igual a entrar en el mundo tecnológico, que si las máquinas han sido creadas, digo yo, que será porque sirven para algo y los métodos medievales, digamos que han pasado de moda.

Pero como no hay dos sin tres, en este país donde la Sanidad, sea pública o privada, es una fiesta constante y un monumento al sin sentido,  resulta que yo, llenándome la boca con aquello de ¨tengo seguro privado¨, le dije al médico, con voz de duquesa sanantoñera: ¨Haga usted la carta para la fisio por el privado¨... pensando que aquí dinero, no hay, para cual Chavista loco, de esos que dicen: No hay nada, pero tenemos Patria, yo, pensaba, ¨no hay dinero, pero hay seguro¨.

y no, resulta que no, mi gozo en un pozo... un pozo profundo y pobre, muy pobre. La fisioterapia es cubierta de una forma, digamos, paupérrima... no puedo tener más de 25 sesiones, y de esas 25 sesiones solo te pagarán 20 euros por consulta, aún cuando la sesión cueste 60. Y no es que nuestro seguro sea chimbo, que no lo es, de hecho es uno de los mejores de Irlanda, es solo que en todos y cada uno de los seguros privados, la fisioterapia, es tratada en la misma medida que el homeópata, el de la acupuntura, las flores de Bach y la vieja que lee los pozos del café, creando así que el pobre ingeniero se cague en todo lo posible, porque es incluso ofensivo comparar la fisioterapia con las piedras calientes que te alinean los chacras. 

Es mejor entonces, no pensar en 900 euros para dos semanas de terapia, en los taxis, etc... porque en esta vida te das cuenta que el dinero no da la felicidad, o eso al menos dicen algunos, pero sin duda en momentos como este si que te la quita o al menos te la fractura... de ser millonaria me hubiese ido a ver con los doctores Ramon Cugat y Ricard Pruna de la Clínica Quiroga en Barcelona, donde van todos los futbolistas del mundo mundial, me haría sesiones diarias, con un masajista especializado por las tardes que ayude a relajar los músculos y ganar tono muscular y entonces, cual Puyol, en un mes, hubiese estado lista para meterle goles al Madrid por todos lados... 

Pero bueno, es un paso importante, un pequeño paso para el hombre, uno enorme para mi... comienza el proceso de recuperación, después de un mes, comienza el proceso hacia la normalización. 

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