sábado, 3 de noviembre de 2012

imaginando mi vida sin ti...

Hace bastante tiempo que no escribo y lo de siempre, no es porque no pasen cosas o quizás no pasan cosas especiales o particulares. Mis días siguen siendo llenos de trabajo y trabajos, sobre todo, trabajos, que mi vida está pegada a un ordenador, con lo negativo que las personas que me conocen saben  que eso significa para mí.  Ya tengo fecha de la graduación oficial de ambos cursos el 12 de diciembre, aunque a éste último curso, aún le queda un mes. Un mes que parece eterno, por todo lo que hay que hacer, pero que también es la antesala para un momento que estoy esperando: Navidades.  Tengo necesidad física de salir de Dublin, lo necesito de verdad...es una sensación que comparto con mucha gente. Dublín engancha, gusta pero al mismo tiempo contamina y cada cierto tiempo es fundamental darse una escapada. Yo tengo más de un año sin salir de él y sinceramente me parece una eternidad. 

También he estado desaparecida porque  estoy débil emocionalmente, en esos períodos en que mi fragilidad mental cabalga de forma veloz y ocupa gran parte de mi tiempo libre. Mi papá está muy enfermo, años y años de cigarros desenfrenados, han tenido como resultado lo que todos los fumadores conocen pero pocos ponen medio. No puede andar sin ahogarse y las  rutinas más sencillas se han convertido en una simple agonía. Yo no sé si el sabe lo mal que está, aveces pienso que no,  que todavía espera que el tratamiento haga efecto y comienza a sentirse mejor, pero  la verdad es que el deterioro podrá tener paliativos, pero nunca una cura. Hay cosas que son irreversibles, la de él, es una de ellas. Y aunque reconozco que ha sido su culpa, que se lo ha buscado, que las tres cajetillas de cigarro diarias, cuestan más de lo que parecen... no puedo enfadarme con él, nunca he podido. Mi papá es  bueno, es de hecho super bueno, y por ser tan bueno como es, le han pasado muchas cosas malas. Los que lo conocen, sabe de lo que hablo.  

Para mí papá siempre he sido una princesa y en los ojos de nadie he visto, la mirada de adoración absoluta como la he visto en la de él... incluso me pone nerviosa, porque el es feliz viéndome, escuchándome hablar, seguramente sin hacer ni caso de lo que estoy diciendo. Para él la felicidad es sencillamente sentirme cerca, complacerme, escucharme... y aunque pudiera odiarlo por mil pocas, resulta que no puedo, que nunca he podido, que tengo una conexión especial con él, que cuando estoy con él me siento tranquila y aunque es una persona super desvalida, a su lado me siento segura.  

La semana pasada fue atendido de urgencias y desde ese momento ha estado de reposo absoluto. Mi mamá me dijo que lo llamara y lo hice, pero me costó un mundo hacerlo, porque no quería que el sintiera como me siento, no quería transmitir a través del teléfono que puede ser muy traicionero, el miedo que tengo metido en el cuerpo, de que un día más temprano que tarde, reciba la llamada o el mensaje que no quiero recibir.  Me da terror pensar que hemos perdido demasiado tiempo de nuestras vidas sin estar juntos y que quizás para cuando pienso ir a Venezuela, ya sea demasiado tarde. 

Tengo claro que a su entierro no quiero ir, no quiero ir porque no lo podría tolerar y porque esos formalismos no van conmigo. Yo quiero ir verlo, y hablar con el, y decirle como en el viaje anterior, todos todos los días, lo mucho que lo quiero y lo mucho que lo extraño, y lo mucho muchísimo que me duele que  no conozca a Jaime y la pena inmensa que siento de no haberle dado nietos porque hubiese sido un abuelo de publicidad, de esos que se derriten completamente, tal y como lo hace cuando yo le hablo. 

No creo que haya sido el mejor padre del mundo, pero estoy cien por ciento orgullosa y feliz de que haya sido él...su ausencia, sus errores, sus caricias, su mundo, su amor, su historia me han enseñado muchas cosas...y aunque no tiene sentido, me ha dado seguridad, y tengo miedo, mucho miedo de que un día me llamen para decirme que esa seguridad, se ha ido...

1 comentario:

Mi Álter Ego dijo...

Lo siento mucho, guapa. Un beso grande y mucho ánimo.