domingo, 19 de agosto de 2012

Nadie hablará de nosotros....

Mi vida sin niños es sin duda uno de los aspectos más complicados de mi vida en general. De la misma forma en que tenerlos puede condicionar en diferentes aspectos la vida de una pareja, el no tenerlos, también puede hacerlo. Pero es un tema tabú y nuestra sociedad sigue mirando para otro lado cuando un problema como este aparece en nuestras vidas.  En muchos casos el consejo fácil, ese que dan porque no saben que decir del tipo: venga, anímate, ya verás como si, que yo tengo una amiga y blablablabla...y sonríes como agradeciendo la mierda de consejo que te están dando. Y no es que seas mala persona, pero es que la verdad, para decir eso, es casi mejor no decir nada... el silencio puede representar empatía, las palabras vacías, no. 

Y en ocasiones estoy arriba, me siento fuerte y optimista, pero la verdad es que el tiempo pasa y pasa y mi optimismo va llegando a su fecha de caducidad tal y como le ocurren a los ovarios de las mujeres que se acercan a los 35 y entonces es aquí cuando alguien te habla de Julia Roberts, Ana Rosa Quintana o cualquier otra celebrity, que con un montón de dinero, porque lamentablemente en estos temas, el dinero es algo fundamental, se someten a tratamientos maravillosos que dan como resultado unos bebes a pares!  Y si,  es verdad, incluso con el tratamiento más caro y siendo la persona mas millonaria del mundo, quizás jamás te embaraces y tu sueño se vaya por el mismo desagüe que cualquier ciudadano de pie, pero la diferencia, al menos psicológica es inmensa. Siempre creo que de intentarlo, la aceptación final es más sencilla porque se ha hecho todo lo que se podía hacer, no te has dejado nada en el tintero y no te quedas con esa sensación tan horrible de sentir que quizás justamente en eso que dejaste de hacer, se encontraba tu oportunidad milagrosa, mucho peor aún cuando sabes que la razón de no hacerla, fue simplemente monetaria. 

Pero justo esa posibilidad remota requiere de algo que tu no tienes...y aunque algún capullo puede decirte que sin dinero es imposible criar a un hijo, mi respuesta es tan sencilla como: si yo dinero tengo, lo que no tengo son 15000 euros juntos, cosa que es completamente diferente. Yo puedo afrontar los gastos de un hijo, como lo afrontan millones de familias, lo que no puedo es afrontar ese palo de un solo golpe. Entonces sueño con tener padres, hermanos, padrinos o patrocinadores con posibles, como dirían algunos, que me echaran una mano...pero aquí a nadie le  ¨sobran¨ ni  15.000 euros, ni 10.000, ni nada...muchos menos  en estos tiempos de crisis en los que  todos trabajamos para vivir  y quizás al que le sobran, no lo considera una prioridad, lo que es perfectamente comprensible, pues aunque le puede dar penita y pensar  ¨jo, qué putada!¨ pues tampoco trastoca su esquema vital, de hecho, ni siquiera se atreven a sacar el tema y es algo así como: ¨si no pregunto, no existe...¨

Y sobre todo estoy cansada de ocultarlo... al principio pensaba que era mejor, pues es un tema personal y no tenía por qué airearlo...pero luego el tiempo va pasando y es imposible escaparme de preguntas y elucubraciones...cómo sonrió y digo que todavía no estoy interesada  cuando llevo llorando por los rincones, en ocasiones como un alma en pena por este tema desde hace tanto? Creo que en muchas ocasiones, esa sensación de no comentarlo viene de esa sensación auto-impuesta de fracaso personal. Da vergüenza decir que no puedes tener hijos, da rabia, despertar una lástima cutre en las personas, da palo enfrentarse públicamente a una sociedad en la que no tener hijos  por decisión personal es visto igual de  horrible que por  imposición natural, aunque con consecuencias diferentes, unos son vistos casi como engendros malignos, los otros, como desdichados, de esos de los que se habla bajito, incluso sin estar presentes... 

Las consecuencias emocionales de la imposición natural son duras. Poco a poco te vas debatiendo entre la tristeza, la rabia y la envidia. Tristeza cuando ves la cantidad de niños que son dados en adopción, por ejemplo, lo que te lleva a sentir una rabia infinita pensando: Por qué ellas que no lo querían si y yo no?, para pasar a ese punto terrible en el que se despierta en ti el terrible pensamiento de la envidia, lo que además te hace sentir peor persona todavía.  Es un sentimiento que no te deja ser feliz por completo y que te trae grandes sesiones de locura transitoria, donde incluso, el hombre más paciente, puede desesperarse al sentirse un inútil ante tanto dolor...Te cuestionas cosas existencialistas y de repente, tu que no eres especialmente creyente, te preguntas si es un castigo divino...o te pregunta: Si Dios verdaderamente existe cómo es posible que le permita  ser padres a maltradores, asesinos, irresponsables, etc? Si en esto se basa el plan de Dios, no es precisamente un plan que desee seguir... y es que llega un punto en que  una llamada que por un lado te llena de alegría porque una amiga va a ser mamá, se puede transformar al colgar el teléfono en un momento infinitamente triste. 

El no tener hijos, poco a poco me ha hecho desengancharme del grupo habitual, pues las conversaciones, las salidas, los momentos comienzan a girar en base a los hijos. Se planea un regalo especial para alguien y todos coinciden que lo mejor es mostrar en un video las nuevas generaciones y  entonces es imposible no auto excluirme...Facebook se transforma entonces, en una pequeña guardería, donde sin ninguna duda, los protagonistas son los hijos...esos hijos que yo deseo pero que no llegan, esos que durante mi trabajo me han enseñado que me estoy perdiendo cosas maravillosas. Sin duda, ese momento al final del día cuando se abre la puerta y los niños al ver los padres se descontrolan de la emoción, me hace preguntarme a diario si alguna vez yo podré sentir eso, si podré  disfrutar de un día de las madres con una tarjeta que han hecho en el cole...creo que quizás el sentimiento más vivo cuando me planteo todas estas cosas es el miedo, el miedo a que como decía aquella película... nadie hablará de  nosotros cuando hayamos muerto...

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