lunes, 14 de mayo de 2012

Montessori´s world

El método Montessori ya ha llegado completamente a mi vida. Me despierto leyendo artículos, pensando en trabajos que tengo que presentar, en fechas límite, en presentaciones surrealistas tratando a personas de 50 años como si fuesen niños de entre 3 y 6...recordando historias divertidas con los niños que pasan un día si y otro también, porque en su universo todo es posible, aunque no nos queramos dar cuenta. 

El Método Montessori es algo completamente nuevo para mi. No sabia que existía hasta que el no tener el dichoso certificado se comenzó a convertir en una piedra tamaño familiar a la hora de buscar trabajo en la isla esmeralda. Yo no sabia ni de que se trataba, ni como había sido creado, ni los resultados que había tenido desde su creación (1907), sin embargo, cuando la necesidad me ha convertido en una erudita del tema y  he tenido la oportunidad de trabajar con niños que están creciendo sumergidos en este tipo de enseñanza, resulta que me quedo completamente impresionada. Yo no se si es que los de aquí son muy listos, si los que yo conocía son muy tontos o que en realidad este método funciona a la hora de educar. 

Hoy me he quedado boquiabierta conversando con ellos de una forma bastante fluida. Algunos no alcanzan ni siquiera los tres años y son capaces de trabajar concentrados por mucho mas tiempo del que algunos piensan y tener conocimiento del alfabeto, los números del 1 al 20 y lo que me impresionó mas todavía, eran capaces de identificar perfectamente figuras geométricas como el hexágono o el  octógono... no solo las identificaban, sino que ademas sabían sus nombres; porque que conozcan el circulo, el cuadrado y el triángulo, vale, pero que además sean capaces de razonar por qué el rectángulo y el trapezoide son figuras diferentes (siendo los ejemplos que tenían muy parecidos), me pareció sencillamente algo increíblemente positivo. 

Sin duda el volver a la universidad después de tantísimos años está siendo una experiencia entre agobiante y gratificante. Por un lado, yo que tengo vocación de estudiante, disfruto aprendiendo cosas nuevas, sin embargo, debo reconocer que estoy súper oxidada y lo que hace años no significaba ningún problema como puede ser una observación o un ensayo, hoy se han convertido en trasnochadas y golpes de pecho, intentando recuperar la agilidad perdida. Tener la costumbre de escribir, no ayuda en estos casos, especialmente cuando la libertad en cuanto a estilo, es algo que mi profesora principal, aún no conoce. 

No hay comentarios: