jueves, 24 de mayo de 2012

Godot ha llegado.

Mi mamá lleva en Dublin desde hace un poco más de un mes! qué impresión! El tiempo ha pasado volando, y me da una pena terrible pensar que estos días siguen volando, uno tras otro, sin descanso y que el 13 de junio llegará, como llegan todos y le tendré que decir: Hasta Luego...un hasta luego que no será eterno, pero que si será largo, porque especialmente cuando he estado acompañada, los días transcurren leeeeeentos y llenos de morriña. 

Y aunque estoy haciendo más cosas de las habituales, resulta que no tengo inspiración para escribir, no sé por qué la verdad, pues podría contar anécdotas súper interesantes de lo que representa volver a trabajar con niños, de lo naturales que son para muchas cosas y de cómo, es la sociedad y el día a día con sus normas preestablecidas, las que nos convierten en seres con miedo a expresar sentimientos u opiniones de forma libre por miedo en muchas ocasiones, a herir los sentimientos de otro, aunque a ese otro jamás le importe lo que nosotros podemos sentir.

Y trabajando con niños no puedo evitar recordar a personas que no están cerca, quizás  de la misma  edad de todos ellos, y me maravillo por un lado de lo rápido que pasa el tiempo y de las millones de cosas que debe estar haciendo y aprendiendo. Un año en la vida de un niño es algo tremendamente largo  y en los primeros tres los avances que alcanzan cuando lo pensamos en frío son realmente increíbles. Para algunos, los primeros tres años son vitales para la formación de la personalidad en cualquier niño y en palabras de Maria Montessori, ya con solo 6, la personalidad está completamente formada y tenemos el padre del hombre futuro. 

Estoy de clases hasta arriba, con fotos, con museos,  con niños, con trabajos y con mi mamá, lo que me hace muy feliz. Estoy ocupada y aprendiendo, quejándome de la falta de tiempo, de los autobuses y de los precios, pero me encanta llegar a casa y saber que las dos personas mas importantes de mi vida, me están esperando y qué mas se puede añadir cuando me recibe mi maravilloso Banjo, siempre dispuesto con su osito en la boca, a cubrirme de besos. Estoy bien, estoy tranquila, estoy feliz....

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