jueves, 15 de marzo de 2012

Entre super héroes y cables

Mi casa es pequeñita y aunque resulta cómoda para nosotros dos, bueno, tres, pues el jardín es una ventaja maravillosa para Banjo, la verdad es que sufro con el poco espacio que tengo especialmente para guardar. Es una casa alquilada y eso trae como consecuencia que los caseros hayan ido poniendo cosas con el pasar de los años, los cuales, pueden ser muchos, pues la casa es de 1936. Varios de los cajones de la cocina ya están ocupados con cosas y trastos que no uso jamás, quizás por cierto repelús a usar cosas que no son mías y que trae como consecuencia menos espacio todavía. 

Pero por supuesto, ya llevamos un año viviendo aquí y nuestras perspectivas no son las de mudarnos en un futuro cercano, por lo que poco a poco se van adquiriendo cosas, una bandeja para el horno, una batidora, un tendedero, un carrito para la compra y si sumamos que  la cocina  es mínima, el resultado es un espacio   laberíntico e insuficiente. Aveces pienso: necesito  esto o esto otro y al final, me estreso tanto con la idea de dónde ponerlo, que es el tip más eficaz para no gastar.  Después de un año, me he acostumbrado a las malas  a tener una nevera de oficina y lo que eso implica, a no tener secadora y  a esperar y esperar hasta que  la ropa quede simplemente menos mojada. A lo que no me he podido acostumbrar es al espacio en general tan reducido. 

          Algunas personas piensan que mientras más pequeña es tu casa, más ordenada está. En mi caso, ha sido un completo fracaso. No exagero si digo que ordeno la casa absolutamente todos los días, porque en cuestión de horas se convierte en un desastre absoluto que me pone de los nervios.  No hay espacio o lugar para las chaquetas o los bolsos, por lo que al final terminan estando en el sofá o sobre la mesa.  Y claro, son solo dos chaquetas, pero al ser de invierno, pues parece que sobre el sofá hay trescientas cosas. Tener una casa más pequeña, con lugar de almacenamiento inteligente, puede ser sin duda una gozada, todo recogidito, todo en su sitio, donde  no se ven los tres mil metros de cables de la tele, el internet, la wii, la timecapsule, el teléfono,los cargadores,  etc. Odio los cables, los odio profundamente, y mi casa está llena de ellos. No hay Dios entonces que logre poner orden, pues no hay manera humana de ocultarlos en un mini mueble completamente abierto. 
Sería todo tan bonito, si los cables desaparecieran a golpe de mueble! Por ejemplo, de algo así, en el que no hay cables ni historias, ni huecos, ni nada...solo orden. Si yo supiera dónde voy a estar dentro de cuatro años,  incluso me lo podría plantear, pero el no saber hace que te eches para atrás en todo y que termines viviendo en una casa que no es la tuya, porque no tiene ni tus cosas, ni las cosas que te gustan, con una combinación ecléctica creada en base a lo que el casero a lo largo de los años le ha ido sobrando...pero no todo está perdido, pues tenemos un cutre plan en marcha!

Ahora que Jaime se ha traído toda sus peroles de Jolt, resulta que nos damos cuenta que sin querer, dos años dan para muchas cosas, sobre todo para un pequeño Diógenes, que no tira absolutamente nada. Yo que me había librado de los muñequitos y los super héroes en casa, y ayer regresaron todos, contentos y lo que es peor, con nuevos amigos, intrigados y ansiosos por conocer su nuevo lugar de honor y con lo que ocupan Hulk y La Cosa, no sé yo, donde vamos a cuadrar nosotros, pero ellos son los super héroes y no les importa... el único consuelo? que está será sin duda, la casa más protegida del barrio. 
Analizando las diferentes estancias de la casa...


No hay comentarios: