lunes, 8 de marzo de 2010

Carta con años de retraso...


Siempre he creido que el tiempo cura todas las heridas...en ocasiones ese tiempo es largo y en otras, es más corto, dependiendo siempre de la ofensa de la que hayamos sido victimas. El problema, es que desde hace unos días pienso y pienso mucho, quizás no es tan bueno estar sola, porque te pones a hurgar en cosas que creías más que muertas, que el tiempo habia borrado casi por completo de tu vida...sin embargo, cuando de repente aparecen es dificil manejar algo ya viejo...como si intentará enseñar acrobacias a una persona de 100 años...
A partir de la distancia, he comprendido muchas cosas, muchos errores, a partir de la madurez, he visto y me he horrorizado de lo idiota que era hace unos años, y aunque una amiga me diga: “ no te preocupes, en esa época eramos todos unos chiquillos”, no puedo dejar de pensar que aunque quizás en parte sea verdad, el daño causado, no por eso dolió menos...

Esta claro que a lo largo de la vida cada quien tomó su rumbo y quizás el destino no era el de caminar juntos, aunque me gusta pensar que a pesar de todo lo malo, quizás fue una etapa imprescindible para ser quienes somos hoy en día... quizás porque no fui la “victima”, siento que con todo el tiempo que ha pasado, el perdón sería mucho más sencillo, sin embargo, la fría realidad me demuestra que no es así, que hay heridas que no cierran del todo, o quizás es simplemente la indiferencia que te produce una persona que aunque fracturó tu vida en un momento, no era lo más importante, pues al fin y al cabo, ningún hecho aislado, puede o debe marcar el resto de tu vida.

Aunque quizás estas palabras jamás lleguen a ser leidas por esa persona, aunque quizás de tener la oportunidad tampoco quiera leerlas, aunque tampoco sabría cómo hacerselas llegar... mil años después te pido perdón por  mi terrible inmadurez, por el terror que me causó sentir que un mundo se me venía encima, un mundo lleno de amor, pero demasiado grande para mí en aquél momento. Sin embargo, con mi terrible comportamiento, con tu ausencia... pude comprender y aprender muchas cosas buenas...y sobre todo cambiar muchas malas...

Hoy parte de lo que soy creo que te lo debo a ti, me enseñaste muchas cosas, muchas más de las que seguramente puedas pensar. Mi vida hoy se fundamenta en todas las experiencias que he venido obteniendo y en ocasiones lucho por no caer en lo mismo, puede sonar paradójico, pero es complicado no caer en comportamientos negativos, incluso para uno mismo... por suerte cuento con una persona maravillosa, la mejor en todo este mundo para mi, que intenta comprenderme y con quien disfruto cada momento de mi vida, porque he aprendido a disfrutar verdaderamente lo maravilloso que es el amor incondicional.

En fin, que 100 años después o quizás mil, te pido perdón...

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