Tachando los días

Ya se acerca el momento cada día que pasa es un día que marco en mi calendario mental, los días que faltan para que se marche Jaime a Dublin. Mientras el está nervioso y emocionado por la nueva aventura que emprende, yo no puedo evitar sentir un poco de miedo y nerviosismo. Por un lado me encanta verlo feliz e ilusionado con un proyecto que resulta atractivo para el, en un entorno laboral, creado en muchos aspectos,  a su imagen y semejanza...

Pero claro, el proceso de buscar casa me tiene super nerviosa y agotada, creo que  nunca en mi vida he escrito tantos mails y en comparación he recibido poquisimas respuestas. Por si fuera poco, los precios como en cualquier ciudad son irrisorios y para rematar, el que acepten perros en esos mini pisos es casi lo más complicado de todo. Me aterra pensar en mi Banjo, aunque me consuelo pensando en que estando allá el buscar será más sencillo y que quizás los irlandeses sean similares a los ingleses, es decir, los mejores amigos de los perros.

En fin... a solo tres días  se marcha mi mamá y en nada de tiempo, justo el día que cumplimos 6 años de casados,  se marcha Jaime a Irlanda, por suerte el primer encuentro no tardará en producirse, pues fundahermano, me ha ayudado a comprar el primer billete para el viernes 12 de febrero y disfrutar así de unos días libres que tengo al celebrarse la " semana blanca".

Ya luego estaré preocupada por Banji, que estará perfectamente cuidado en casa de sus tios, pero siempre te preocupas, sobre todo por cómo se porte, porque ya sabemos que todos los perros son buenos, pero que se les va la olla cuando se ven en lugares nuevos y desconocidos.  Pero bueno, no me queda otra opción, además de que no veo mejor lugar para él, pues sus tios lo quieren un montón... asi que será cuestión de irme preocupando por pasos... un paso lleva a otro y 100 nos llevan a Dublin.