sábado, 17 de octubre de 2009

Como abogado del diablo

Me encanta la idea de que la gente sea feliz, pero no creo que sea una razón de peso, para hacerte sentir mal a través de eso, aveces te encuentras en la vida con personas intolerantes, que son incapaces de ponerse en los zapatos del otro, lo que ellas dicen es considerado como dogma, sencillamente porque ellas así lo ven, y no dejan ningún huequito por el que alguien pueda introducir quizás una nueva perspectiva.

Aunque tengo millones de defectos, de los que me avergüenzo cada día cuando veo que alguno asoma su maravillosa cabecita, puedo  sentirme orgullosa, de ser capaz de escuchar, no solo de oir como quien oye llover... escucho primero porque lo considero un acto de educación y segundo porque en mi vida no hay teorías radicales, siempre están en continuo movimiento, quizás porque me considero una persona inculta que a medida que va aprendiendo cosas nuevas, tiene nuevas herramientas para cuestionarse sus creencias, ya sean estas trascendentales o no.

Por ejemplo, el tema del aborto ha sido sin duda uno en los que más he evolucionado. Al principio pensaba que era terrible el aborto porque asesinabas a un bebe, luego comprendí que quizás aquello no era un bebe y que era la mujer, quien debía tener tanto la responsabilidad como el derecho a decidir lo que ocurre con su cuerpo. Hoy en día, considero que el aborto es un mal necesario y que los dilemas en torno a él, son principalmente éticos, de ahí que sea tan complicado poder legislar, aquello que tiene un fuerte componente moral, enraizado en el inconsciente colectivo de la religión.

De hecho, el otro día mientras Jaime y yo conversábamos sobre esto, le comenté que si alguna vez llego a estar embarazada, espero no cambiar mi actitud, ya que sería una desición sentimental y no racional..No se trata de si abortaría a mi hijo o no, se trata del aborto como problema general y humano, sin connotaciones afectivas ni personales.

Y quizás, me equivoque, pero creo en el derecho de la libertad individual. Esto no quiere decir bajo ningún motivo que apueste por el aborto a diestro y siniestro, no. El aborto, debe ser una desición pensada y razonada y no una excusa para librarse de una consecuencia, porque el  derecho está basado para mí, precisamente en la responsabilidad, una responsabilidad que quizás la gente siempre olvida, porque la palabra "derecho" parece borrar todo lo demás.

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