lunes, 24 de noviembre de 2014

Paradojas de las intensidades.

Hay día en los que pienso, sinceramente hay otros en los que no. De hecho, hay meses en los que pienso mucho y otros en que voy a lo Obama, pues más o menos todo se reduce a sota, caballo y rey. Y cuando digo que no pienso no quiero decir que tenga actividad cerebral muerta, sino que no me dedico a ser una existencialista, con un hamster dando vueltas en la rueda fantástica que tengo en la cabeza. Ahora bien, si el comportamiento es en si intelectual y existencialista, las razones son de lo más variopintas. 

A día de hoy no hay nada  que me quite el sueño y entonces me invento historias, muevo los muebles, veo casas por daft.ie, hago preguntas intensas a mis amigos al volver de un viaje, me veo 10.000 videos de clases de español, para descubrir que se lo mismo que al comienzo, nada y de vez en cuando, todo hay que decir que cada vez menos, me suena la alarma tipo Dalek de: mamá, mamá, mamá, quiero ser mamá.  "You will be a good mummy".

Por qué aparece este sentimiento porculero? no lo sé. El otro día Jaime dijo algo así como que tal persona era mayor que nosotros porque tenía 37 y yo m reí porque fue como: Guapo que en menos de un mes los 37 palazos los cargas tú! Y en un par de meses más, yo. Y entonces es imposible o para mi lo es, que ese click no salte.

 Mi edad para ser madre fue aumentando más o menos desde siempre. Pensaba durante mucho tiempo que 27, 28 años sería la edad perfecta. Luego, te casas en el 2004 y piensas que hay que disfrutar del matrimonio, cosa de la que me siento muy orgullosa de haber hecho, porque si bien creo que los bebes pueden ser maravillosos, precipitan muchas cosas en una pareja. 

Y luego, pues vino lo que vino, la debacle absoluta, donde  todo lo difícil se hizo imposible, donde tuvimos negros y grises, pero donde también nos dimos cuenta de lo  bien que habíamos elegido.  Y entonces, hace unos cinco o seis años dejamos de ahogarnos, de literalmente ahogarnos y la marea aunque complicada, se hizo más llevadera. Luego, hace 5 llegamos a Irlanda, y  poco a poco todo ha ido a mejor, con todas las cosas que supone vivir en otro país, con lo bueno y con malo, porque si bien bueno ha habido mucho, también nos han pasado cosas malas, pero vamos, como a todo mortal que viene a este mundo. Hemos venido a vivir y se vive con lo bueno pero se aprende a vivir mejor, con lo malo. 

Cuando pienso con esperanza creo que me quedan 3 años para ser madre. Tres años que es un  tiempo o plazo impuesto por mi, no por la ciencia, ni por la sociedad, ni por nadie en general. Creo que tener hijos siendo joven es algo positivo y trabajando con niños te das cuenta de lo importante que es este pequeño dato. Los hijos de viejos, son eso, hijos de viejos y si bien respeto la decisión de otros, no me gustaría ser parte de ese grupo. Creo que la decisión de ser madre a cualquier edad, es egoísta, basicamente  porque piensas en tú necesidad y no en lo que será la vida futura de esa otra persona, tan importante como tú.

 Así como veo normal que no te den con 50 años una hipoteca por 30 años, también veo normal, que te plantees una edad límite para ser madre. Pienso en mi mamá o en la mamá de Jaime, pienso en mis hermanos, en mis sobrinos... 60 años son entonces como muchos, para tener  que lidiar con una post adolescencia. A cinco años de la jubilación? De verdad, voy a tener la energía necesaria? porque lamentablemente, no solo de amor vive el hombre y para criar se necesita energía. Me llevo con mi hermana 18 años y mi papá siempre dice que la crianza fue completamente diferente, porque las mil cosas que hizo conmigo a los 30  ni se las planteó con Nicole. El tiempo sin duda pasa factura. 

Yo quisiera tener la madurez para comprender muchas cosas, para manejarlas de la forma más sana posible. Para creer que incluso sin haber sido tu elección, es posible ser completamente feliz, porque sino me parecería que la vida es realmente injusta. En realidad, ya lo pienso, pero no solo por esto, sino por miles de cosas más importantes que yo.  El cáncer es injusto,  la gente que nace y muere sin saber lo que es la paz, es injusto, enterrar a un hijo, es injusto, morir de hambre, de gripe, de polio o sarampión, es terriblemente injusto. En momentos así te das cuenta que lo eres todo, pero que al mismo tiempo, no eres nada. Tu problema es tan pequeño, que entonces lo injusto es pensar que solo eso te impedirá ser completamente feliz...

Feliz como te sientes muchos de esos días, cuando la rueda de hamster no saca humo y consideras que nada te falta... 

Paradojas de las intensidades.

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