lunes, 25 de marzo de 2013

Volver a casa es...

Despertarte con los pajaros

Cegarte ante la luz mananera que crea un carnaval de colores

Descubrir que si en el mundo los arboles crecen, en Venezuela, crecen las casas entre tanta vegetacion

Disfrutar de las mejores lechozas y patillas (sandias) del mundo

Saborear un aguacate que expresa su sabor mediante su tamano

Desayunar y comer con zumos naturales recien hechos, olvidando que existe algo llamado refresco


Pedir una chicha o una cocada y sentir en el primer sorbo que el tiempo no ha pasado

Caminar y pensar por momentos que no perteneces ya a ese lugar, y descubrir ante un olor o un pasaije que en realidad nunca te has ido.


Pensar en la suerte que tuviste al crecer en una urbanizacion como La Arboleda en San Antonio de los Altos

Reirme ante las ocurrencias de miles de ciudadanos anonimos que estudian la  situacion politica y te sacan una sonrisa y a veces una carcajada porque  saben criticar con humor.

Porque no hay nada mejor que la emocion real de la gente cuando se entera que estas en casa y te abrazan y te besan y te dan las bendiciones, porque aqui solo envejecen los padres, los hijos, seguimos siendo los ninos que jugabamos en la plaza hasta que se encendieran las luces.

Disfrutar de una gastronomia especial, rica y  golosa. Porque incluso bajar al centro tiene su parte  buena, a cada paso, un vendedor de algo. Un algo que obviamente a mi siempre me provoca: tostones, papitas de leche, cocadas, chicas, mango verde con sal, heladitos de coco en vasito, jalea de mango, coquitos, empanadas, almodones, pan de horno, suspiros y un largo etcetera. 



Comprender por que los mejores chocolates del mundo tienen el cacao venezolano como ingrediente principal. Saborear el cacao Chuao es comprender por que para los conocedores del chocolate, es la sensacion mas cercana al extasis y  entender a traves del sabor y el olfato por que es uno de los poquisimos con denominacion de origen. 


Levantarse como en los dibujos, flotando y siguiendo el olor de la arepa tostandose y el cafe, no tiene precio.  Mas aun si esa arepa te la esta haciendo tu papa.


Pasear con mi mama que se desvivve por complacer cualquier pequeno capricho, antojo o deseo que puedas tener. 



Disfrutar de la familia, de mi hermano, de mi leprechaun...porque aunque Venezuela es escandalosamente cara, disfrutar al 100% de tu familia y saber que te adoran, no tiene precio...




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