miércoles, 2 de enero de 2013

2013

Casi un mes ha pasado desde que escribí la última entrada...y entre todas las cosas que han pasado, incluso hemos cambiado de año. 2013 se perfila como un año positivo, interesante, con un número que me gusta y lo más importante como año antesala de un 2014 que desde hace mucho tiempo se ha convertido en mi año fetiche...

2012 se termino de manera muy positiva. No solo tuvimos la oportunidad de volver a España y disfrutar de todo lo bueno que tiene España. Comimos como reyes, todos los manjares que resultan imposible saborear desde aquí. Bandejas de langostinos, calamares y gambas, no faltaron en ninguna celebración y mucho menos las tablas de ibéricos que estuvieron presentes en casi todas las mesas. Navidad fue un tiempo para disfrutar de nosotros, para disfrutar de  los churros con chocolate, de nuestra casa, de la amplitud de los espacios, de un colchón maravilloso anti dolores de espalda, con unos sofás demasiado ricos para dormir la siesta y con unos amigos y familiares que se volcaron con nosotros y nos llenaron la tripa y el corazón a partes iguales. 

Jaime y yo que éramos personas sin pueblo, resulta que hemos ganado uno, en el que cada visita se convierte en un grana acontecimiento. Ver a las que fueron mis niñas convertidas en mujeres es una sensación extraña, pero siempre positiva. Están grandes, guapísimas, y a pesar de  estar en plena edad del pavo, con un te quiero, siempre en la boca, porque nuestra relación va más allá de  todo. Con ellas pasa como con las grandes amigas, que no importa el tiempo que pase entremedias sin verse, el reencuentro siempre es maravilloso y fácil. Cada cena, cada comida, fue una comida en familia, con la libertad para decir, coger, reír y hablar como solo es posible hacerlo, en aquellos lugares donde podemos ser 100% nosotros, sin máscaras ni apariencias.  Me encantó haber vuelto y no puedo evitar sentir esa melancolía de haber dejado nuevamente todo atrás... 

Por si fuera poco, mi tía ha estado acompañándome, ayudándome, queriéndome y dándome ese calor de familia que en ocasiones echo tanto de menos. Se ha desvivido por nosotros, por Banjo, y yo simplemente tengo palabras de agradecimiento para ella, por ser tan buena, tan fiel, tan especial conmigo. Lo mismo con la abuelita y con Ricardo, que nos dieron tardes maravillosas en España. Con la abuela volvimos a disfrutar de Madrid, recorrimos la Plaza Mayor, el Palacio de Oriente, las calles Princesa, Gran vía, Luna... y me volví a enamorar de una ciudad que me hechizó hace muchos años...Madrid es preciosa, es caótica, es chocante, pero es tan hermosa, que Madrid, como París, bien vale una misa...

Comienza el 2013 y lo comienzo tranquila, con la ilusión de volver a Venezuela, de conocer Escocia, visitar a Gonzalo en Manchester y a Julia en Bremen y por supuesto, volver a España....5 sitios para 12 meses....   Feliz año 2013!

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