I love Sterling

Esta última temporada de Mad Men está siendo increíble. Es una serie realmente inteligente y con historias personales tan potentes que es imposible no engancharse a ellas como si de droga se tratara... para mí, los lunes por la noche son la Mad Night, que pelea continuamente con Juego de Tronos por el sitial de honor: la primera que será disfrutada.

Y es que con esta serie se me vienen a la cabeza términos que se suelen referir a la gastronomía. Con Mad men pienso en cuestiones deliciosas, suculentas o embriagantes...Son todos tan guapos y tan guapas, que incluso legan incluso a parecer irreales. La belleza a lo Grace Kelly de January Jones es sin duda el perfecto ejemplo de esto que digo...pero no es solo esto, que no solo de belleza vive el hombre, por muy Sterling que sea...

Todos y todas las amantes de Mad Men suspiran por Draper, que sin duda, está como un queso y es de un guapo que se sale, pero no sé, a mi no me hace el tilín erótico festivos como sin duda lo hace  Sterling. Un John Slaterry que demuestra lo sexy que pueden resultar las canas y lo gracioso que se puede llegar a ser teniendo una imagen en ocasiones incluso trágica.  El capítulo que narra su experiencia en el mundo del LSD creo que será recordado como uno de los mejores de la serie, que ahondando en su personalidad, no perdió en ningún momento el espíritu de ese hombre inteligente, que se encuentra a vuelta de todo en esta vida y que de repente descubre que aún habían caminos y sensaciones que desconocía. 

En este tipo de series, tan corales, es normal, sentir cierta predilección por determinado personaje y yo me he enganchado completamente a este hombre que sin duda, fue el mejor compañero de velada para Sally, aunque eso haya implicado un final tan duro para los ojos de esta pequeña que temporada tras temporada, va comiendo espacio de la trama, robando incluso escenas a esa January Jones, disfrazada de gorda, que pensábamos que por si sola era capaz de enamorar la  cámara, eclipsando a quien osara salir junto a ella. 

Mad Men es como el vino, cada temporada está mejor, y sin duda, John Slattery, sigue también esta filosofía. Dios mío, esto si que es ser guapo....

Guapiiiiiisimo

Pero yo lo prefiero así...