Vuelve a ganar Mad Men el Emmy como mejor serie dramática y me hace ilusión porque soy fanática de esta serie. Sin embargo, este año me hacía especial ilusión que ganara Game of Thrones con su primera temporada que ha sido verdaderamente impresionante.
Igualmente eché de menos alguna nominación para Damages, Sons of Anarchy, True Blood o Fringe, no aparecían en ninguna de las categorias. Glen Close es sin duda una actriz estupenda, y Damages no sería lo que es, sin ella. Lo mismo ocurre con el actor australiano, (que parecen ser la moda) John Noble, por la increíble lección actoral que realiza en cada capítulo de Fringe, como Walter Bishop, un genio de la física mentalmente inestable o la siempre genial Katey Sagal, que convierte el papel de Gemma Teller en el centro neurálgico de SAMCRO.
Grandes nombres que me parecen que han quedado fuera, sin embargo, en una competición tan terrible como son los Emmy donde estar nominado, verdaderamente es un premio, debido a la excelencia y la cantidad magistral de actores, eché de menos algunos nombres y como en toda competición me sobraron otros.
Me hizo ilusión el premio para Kate Winslet por Mildred Pierce para HBO, sencillamente porque es una actriz que le pasa como al vino. Si recordamos a la Kate de Titanic con la de Revolutionary Road o The reader, la evolución ha sido sin duda genial. Otro merecido premio para Jim Parsons, el mejor personaje de The Big Band Theory y mucha ilusión por el premio de Melissa Mccarthy, actriz a la que le tengo especial cariño desde sus tiempos de cocinera alocada y enamorada en Gilmore Girls.
En definitiva, calidad es lo que sobra hoy en día en el mundo de las series americanas y en las producciones inglesas, que con sus temporadas cortas, plantean un nuevo estilo a este mundo liderado por el tio Sam. Obviamente el medio español, ni siquiera está en pañales, imposible de competir, imposible de acercarse a este Olimpo...habrá que seguir esperando.
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