viernes, 16 de julio de 2010

Época de cambios...

Sin duda, es época de cambios y de cambios importantes... por suerte, una gran amiga, está sufriendo un proceso similar al mío... hace unas semanas, por razones laborables y por  ende familiares, emprendió un nuevo rumbo...Venezuela quedaba atrás y la calurosa Panamá la recibía...

Nuestros cambios, nuestras circunstancias son diferentes, nuestras vidas también lo son...pero tenemos en común la crianza por parte de dos grandes amigas que se preocuparon siempre por hacer de los Femenias- Marrero, una gran familia...y por supuesto ahora más que nunca tenemos en común los nervios, los miedos, las interrogantes y las ilusiones que suponen un cambio tan grande como es un cambio de país. Si un cambio de residencia, puede representar mil cosas, cuando decides partir a otro país, sin un pensamiento de regreso...te sientes que en ocasiones caminas sobre un suelo inestable, quizás no porque sea inseguro, sino porque estás acostumbrada a caminar por otro tipo de superficie...

Y es que para un venezolano de San Antonio de los Altos, los 40 grados diarios se llevan terrible... lo digo yo, que apenas son dos meses y lo llevo fatal... por suerte o por desgracia, la teoría de que San Antonio tiene un hueco en el cielo nos prepara para las lluvias diarias de Irlanda y Panamá...eso si, lluvias que aguantaremos de forma diferente... para una será llegar a casa y encender la chimenea para otra no habrá nada mejor que llegar al mundo del aire acondicionado. 

Y ya ni hablar de la circunstancia común que enamora  a nuestros chicos de su nueva residencia... ambos han cambiado las largas horas en carro y las colas infernales, por un trabajo que se encuentra cerquita de casa...la gasolina, las horas punta, los días de festivo, desaparecen de sus preocupaciones por completo y por ende, la calidad de vida, mejora considerablemente. 

Y por supuesto, ahora tenemos en común la terrible sensación de estar sola, y de tener a la familia lejos. Para algunos es una circunstancia vital, para otros, como yo, es simplemente una cruz... es cierto que ocasiones cuando  mi mamá y yo estamos juntas nos peleamos y discutimos, pero me encanta poder hacerlo, porque eso significa que está cerca...que no existe un océano de distancia, el cual día a día se hace más estrecho gracias al teléfono, porque te digo que yo hablo con mi mamá mucho más de lo que la mayoría de la gente lo hace... y siempre tengo cosas que contarle...asi que por eso, ¡no te preocupes! Andrea te contará cualquier barrabasada del innobrable, de mi mamá, de Leia, de la Sra Mercedes... y tú le contarás lo bueno y lo malo, que te vaya ofreciendo Panamá... si que es que lo que hay  que tener  es ganas para darle a la lengua...

En fin, que mucha suerte, ya verás como al final, lo neutral desaparece y aunque tendrás la tristeza de la familia lejos, también  sonreirás al ver la tranquilidad con la que  Sami y Nico, crecerán...además, tienes jardín para hacer parrilla, ¿Qué más se puede pedir?
                                                        mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm!