lunes, 12 de octubre de 2009

Hypatia




El sábado tuvimos la oportunidad de ver Agora, la nueva gran producción de Amenabar.  La verdad es que pensé que no la veíamos, llegamos a las 9.00 para la sesión de las 9:30 y no encontramos entradas sino para la sesión de las 12:00.

Como no me gusta chafarle las películas a nadie, obviamente no voy a contar la historia, de hecho, leer este post o no hacerlo proporciona la misma información a la hora de ver la peli, quizás, para los que no saben quien fue Hypatia, puede ser simplemente una mirada rápida, pero nada más allá, lo digo para aquellos que guarden la ilusión de ir a verla.
Agora comienza y es inevitable recordar el inicio de La guerra de las Galaxias, sobre una fondo del espacio, vemos el planeta tierra, y sobre el, las letras que van explicando al espectador el contexto espacial, social, político y religioso de Alejandria.

La primera imagen nos enseña la envergadura del proyecto y la razón de los 50 millones de euros, cifra récord para una película financiada por capital español. Todo es extraordinario, inmenso, realista, detallista, monumental...las figuras de los dioses custodiando la biblioteca de Alejandria, nos hacen sentir hormigas, seres enormemente pequeños, incapaces de comprender correctamente los acontecimientos que se suceden en aquella lejana Alejandria, perla fundada por Alejandro Magno, que fue durante muchos años, sitio de referencia para el mundo antiguo. La cámara se aleja cuando aparece el hombre y no con la intención de distanciar al espectador, lo hace con la única razón de demostrarle la mota de polvo que es en un espacio infinito.
Y claro, cuando sale la guapa, no hay duda que se trata de Hypatia, el centro y motor de la película...

Nadie sabe si fue guapa, la verdad es que su legado es mucho mayor y poco importa este pequeña característica. Fue sin duda una mujer culta, importante, inteligente y respetada por una sociedad machista, lo que quizás la convierte para algunas, en una feminista temprana. Para mi que soy alérgica a la feministas, Hypatia fue un personaje extraordinario, independientemente a su sexo. Estudiosa y profesora de asignaturas como matemáticas, astronomía y geometría, tuvo en la filosofía, su disciplina favorita, y es raro que siendo esto lo más documentado, sea quizás el pérfil menos trabajado durante la película. Solo al final entre una breve discusión entre ella y Sinesio, se refuerza la idea de Hypatia como pensadora, como filosofa, incapaz de aceptar ciegamente las cosas de la vida... mientras el cristiano cree por fe, el filosofo cuestiona.

Y es esta la razón que marcará la vida de Hypatia. Alejandria se encontraba convulsa, especialmente en el ámbito religioso, donde los cristianos, después de años de estar escondidos, habían sido por fin reconocidos, y su credo ganaba adeptos a gran velocidad, lo que producía continuos enfrentamientos con judíos  e intelectuales.  En un mundo donde la sin razón propia de la religión comienza a  dominar todas las esferas, el paganismo de Hypatia es visto como una amenaza.

Y no es de extrañar, la religión que en mi vida siempre ha sido un problema existencial, no es más que un creer completamente irracional, basado en una cuestión de sentimiento o intuición, pero nunca de pensamiento, no hay pruebas, ni hipótesis, ni demostraciones... por lo que no me ha quedado otra que convertirme en una agnóstica con esperanza, a la que le gustaría pensar que hay algo, aunque no sienta con seguridad que lo hay....

La película se mueve entonces en ese continuo dilema moral, ya no importa la historia, ni Alejandria, y quizás tampoco importa Hypatia, ella es solo una excusa, el personaje que nos demuestra cómo los problemas del hombre han sido siempre los mismos y que a nivel moral hemos evolucionado muy poco. 2000 años no son nada y aún nos queda mucho por aprender y por conocer...ahí quizás para mí radica la grandiosidad de esta película, que si bien nos lleva a un viaje por el pasado, posee una inmensa actualidad.

La muerte de Hypatia, suavizada profundamente en la película, es lo menos importante, particularmente creo que pasa a la historia, tal y como lo hizo Safo, por su vida y su legado. Si bien su muerte es una terrible mancha como tantas otras en la historia del cristianismo, no es lo primordial y Amenabar pienso que logra transmitirlo. Ágora es entonces, un viaje por la maravillosa Alejandria, referencia para todo el mundo antiguo y sin duda, para el actual.

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