Si, me gusta mucho la televisión. No solo he aprendido un idioma gracias a esta afición que tengo, sino que también me ha enseñado muchísimo. Son muchas las series que me han hecho pensar, cuestionarme muchas cosas y entender muchas otras. Si me preguntaran cuál es tu serie favorita, no sabría qué contestar, es como si me preguntan por mi película favorita... no tengo la menor idea...
Pero hay una serie que es super especial para mi y que puedo ver los capítulos una y otra vez sin parar de reírme: Gilmore Girls. Una historia sencilla, basada en la relación madre- hija que existe entre tres mujeres: Emily, Lorelai y Rori Gilmore.
Salté de la emoción cuando anunciaron con bombos y platillos que estaría disponible en Netflix, para luego, lamentarme que Netflix es como es y si bien está disponible en USA, no lo está en Irlanda... pero eso no detiene al mejor esposo del mundo, que se encargo de bajar la serie y regalarme esa hora en la que desconecto de todo y me río y me maravillo con lo ingeniosos y rápidos que son sus diálogos y descubro chistes que como adulta los pillo muchísimo mejor... si antes la ví y la disfruté desde los ojos de Rori, esta segunda oportunidad viene desde los ojos de Lorelai. De repente, viendo la serie me he cuestionado si muchos de mis sueños tienen su origen en Gilmore Girls sin yo saberlo. Me gustaban los Jeeps con techo de lona antes o después de Gilmore Girl? Mi sueño de tener un Bed and Breakfast, viene antes, o después del Independence Inn? He sido siempre fanática de los muffins de arándanos y las poptarts? Creo que si, pero quien sabe, el subconsciente es lo que tiene...
En su momento, Rori fue en muchos sentidos una especie de mejor amiga, esa que te recomienda libros, que comprende que cualquier lugar es perfecto para leer y que plantearse un viaje sin libros, es terrorífico. Leer y leer y leer en todas partes. Leer novela, ensayo, poesía... uno de mis grandes descubrimientos fue Kerouak que si bien no es mi favorito del movimiento Beat si que me abrió la puerta para conocer a Ginsberg y a un grupo de mujeres que simbolizaban la modernidad, pero que fueron brutalmente castigadas por una sociedad que no estaba preparada para ellas. Como olvidar el descubrimiento de Anne Sexton, The Name of the rose, The Namesake, My life in Orange, The opposite of fate, The secret life of bees o The story of my life...tantos libros, tantos buenos recuerdos, tantas conversaciones interesantes que daban pie a nuevos títulos, nuevos autores desconocidos que comenzaban a ser parte de la estudiante de Letras que vivía rodeadas de libros...
Pero lo mejor de Gilmore Girls es que el placer es inmediato. Cada episodio es super inteligente, con un humor especial que es justo el humor que disfruto, del que me rio hasta que me duele la tripa. Emily Gilmore es un personaje inolvidable y muchas de las escenas inolvidables de la serie, la tiene a ella en pantalla. Algunas de las conversaciones entre Lorelay y Emily son perfectas, llenas de emoción, de inteligencia, de sentimientos. Te crees a Lorelai y entiendes el sentimiento de vacío de Emily...incluso logras captar la impotencia entre dos personajes, madre e hija, que intentan comprenderse pero que no pueden, con todo el dolor, la desesperación y la frustración que eso supone.
Me encantan las series interesantes, esas que nunca pierden vigencia. Gilmore Girls es una de ellas!