Crisis? Cuál crisis?

Últimamente me atrevería a decir que la palabras más utilizada en las conversaciones personales, en los periódicos, en los blogs, en los telediarios es crisis. Todos hablamos de crisis, aunque todos la sufrimos de forma diferente. De hecho, he llegado a pensar que son muchos los que no la sufren pero sin embargo, la palabra se ha convertido en una  muletilla perfecta igual que lo fue el clima en su día.  Algunos sabes que están mal, que los encargos han disminuido considerablemente y que la entrada de dinero  no es la misma que hace unos meses, que no encuentran trabajo y no tienen ingresos, etc. Otros, hablan como si la crisis se los estuviese comiendo: Dios mío, todo lo que estoy pasando.... pero resulta que luego es mentira o por lo menos no es verdad del todo, no se puede estar en crisis e irse de compras, porque resulta que hay ofertas del 70%, al cine que es el único entretenimiento, al gimnasio, que sale muy baratito si me inscribo por tres meses, a beber mojitos y caipiriñas como si no hubiese mañana. Cada copa cuesta como mínimo 5 euros y sin embargo, eso no les parece caro o derroche, resulta que al final lo que nos gusta son caprichos, lo que no nos gusta, aunque cueste lo mismo, despilfarro  y al final, una bola enorme...  

Por un lado me parece bien, si se quieren dar caprichos, adelante, háganlo, pero luego  no me vengan llorando con historias super cutres y mucho menos me llamen pichirre porque no me quiero ir al paseo tal o cual o a beberme margaritas e historias en Daisys...cada quien tiene sus prioridades y sin duda, las mías suelen ser otras más mundanas...mi crisis es sencillamente diferente a la vuestra, de hecho, mi vida es diferente a la vuestra, a lo mejor ni siquiera estoy en crisis, pero la idea de escuchar lamentos e historias de dinero, con bolsas de las rebajas en una mano  y un Capuccino del Starbucks en la otra resulta que me aburre profundamente.