Esta famosa crisis es un rollo. No importa estatus o condición social, las crisis pasa, saluda y golpea y nos convierte en personas casi bipolares que cambian de estado de ánimo constantemente, porque la culpabilidad es quizás el peor de los efectos secundarios de la dichosa frase mágica: viviste por encima de tus posibilidades. Y yo mientras aprieto los puños e intento no manchar el sofá con la espuma que me sale por la boca mientras mi cabeza grita: Quien? Yo? Yo viví por encima de mis posibilidades? Cuando? Cuando fue ese momento maravilloso que pasó por mi vida y me dejó tonta del todo, incapaz de recordarlo? Pero lo que más rabia me da, es ese sentimiento raro que comienza a extenderse en la mente de muchas personas y que viene a decir que ¨ser rico es malo¨. Y yo vuelvo a preguntarme: Por qué?
Malo es ser pobre, eso si que es malo, malo de verdad para el que lo sufre, para el que no para de hacer tablas de excel, intentando que los números cuadren sin darse cuenta que ese esfuerzo no sirve para nada, que los gastos imprevistos siempre llegan y que los números familiares se visten cual cofradía en Semana Santa de rojo corinto, un mes si y otro también. Malo es perder la casa en la que habías puesto todas tus ilusiones y en la que el banco se había tardado casi un mes en responderte que si, que la podías comprar o alquilar, que no estabas haciendo nada desorbitado. Malo es tener que ir diariamente a los comedores sociales, buscar como loco centros de caridad y ver llorar a tus hijos cansados de la sopa de fideos y pedirte un bocadillo. Malo es sentirte miserable porque la vuelta de la barra de pan que antes valía para chuches, ahora vale para la barra de la semana que viene. Malo es tener que ir al médico y no poder. Malo es tener que celebrar lo bueno y lo malo en casa, tentando a la suerte de que contigo ¨pan y cebollas¨, por no saber lo que puede pasar, malo es tener a tu hijo enfermo y sentirte mal cuando recuerdas que quizás hace un mes o más fuiste al cine, porque en tu mente calenturienta haces una rara relación entre el dinero de las entradas, (pues las palomitas iban de casa) y el gasto de las medicinas. Malo es cerciorarte continuamente que todas las ventanas de tu casa están cerradas, no vaya ser que sea verdad aquello de ¨ cuando el hambre entra por la puerta, el amor sale por la ventana¨, malo es que teniendo la chaqueta rota y sin capucha, te sientas mal cuando encuentras una en oferta y decides comprarla. Malo es tener los zapatos rotos, que te entré el agua y los estires tanto hasta que casi daría lo mismo ir en chanclas.Malo es llegar al punto de agradecer y soportar que te traten mal en el trabajo por el miedo a perderlo. Malo es retrasar lo imposible, con la esperanza de que quizás el siguiente mes todo estará mejor para volverte a encontrar en el mismo estúpido punto de ¨vamos a ver si el mes próximo¨...
Cuestionarte toda tu vida, intentando recordar ese momento mágico en el que todo se jodió...eso si que es malo...
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