viernes, 9 de diciembre de 2011

Descifrando los pergaminos...

Hoy es uno de esos días horribles que de vez en cuando aparecen en mi vida. Días en que me parece que todo va mal y que todas las decisiones fueron negativas. Días en que me siento sola, incomprendida, frustrada, aburrida y desanimada.  Mis días son eternos y repetitivos, no hay practicamente diferencia entre un lunes y un viernes , todos los días tengo tos, tengo frío y me encierro en casa, especialmente los días que me tengo que lavar el cabello, porque en un 80% de posibilidades al día siguiente tendré el pecho trancado. 

En días como hoy pienso que las cosas serían 200% mejor si todo hubiese sido diferente. Quizás esta aventura implicó demasiadas expectativas y eso no es siempre positivo. Cuando esperas mucho de algo o alguien, es muy fácil sentirte decepcionado si aquello no llega a donde tu habías pensado que era posible. Y no es cuestión de ser exigente o perfeccionista, es simplemente cuestión de que nadie sabe lo que nos depara el futuro y que es imposible controlar  lo que desconocemos.  Incluso en ocasiones controlar lo que  conocemos es complicado, así que plantearse  el reto de lo desconocido es mucho peor.

No pretendo que las cosas vayan perfecto, de hecho siempre he creído que la felicidad son momentos y no un estado permanente y eso me parece bien. Pero creo que han sido demasiadas cosas en demasiados años consecutivos, lo que ha ido minando el  poder de confianza  y sobre todo de la esperanza. A día no sé por qué las cosas tendrían que cambiar o cuando se supone que la trillada frase de ¨Todo va ir mejor, ya lo verás¨va hacer su entrada triunfal. Como no creo que Dios, no creo que me de lo que puedo soportar, quizás me inclino más en creer en Gabriel Garcia Márquez, con una frase tan realista como mágica.


¨Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres y en el instante en que Aureliano Babilonia acababa de descifrar los pergaminos y  que todo lo escrito en ellos era irrepetible y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra¨


No hay comentarios: