domingo, 27 de septiembre de 2015

Viviendo

Volver a escribir después de tanto tiempo parece ser una constante en mi blog. Hay brechas largas en las no siento la necesidad de escribir, en las que ni siquiera recuerdo que tengo un blog. Quizás un par de comentarios del tipo: “estás como lejana” o “tienes tiempo sin escribir” me transportan a la realidad de, oye, es verdad, si que tengo un blog y si hubiese polvo en internet, sería incapaz de divisar su superficie a simple vista. 

Durante mucho tiempo sentía que quería hacer mil cosas y vivía comparando lo que hacía con lo que otros cercanos a mi hacían. También es verdad que todo eso ocurrió en un momento super complicado económicamente hablando, entonces las carencias parecían enormes cuando en realidad vistas desde la distancia, fueron solo malos baches. Qué son 5 años en tu vida? Nada, estuvieron ahí por una razón, para enseñarte esas cosas que solo aprenden cuando te pasan… nadie aprende en cabeza ajena , suelen decir en Venezuela. 

De cada obstáculo hemos logrado obtener cosas positivas. Cuando nos íbamos a casar, tuvimos que buscar casa mucho más rápido de lo que pensamos. Fue un super palo en ese momento, pero gracias a ese cambio, tuvimos la visión de comprar casa y lo hicimos. Luego, la decisión de cerrar la tienda, fue también otro palo, y sin embargo, si aquello no hubiese ocurrido, posiblemente no hubiésemos pensado en emigrar, en salir de la zona de comfort, en arriesgarnos por un nuevo país, que aunque yo tengo mi relación amor- odio, le agradezco haberme abierto las puertas profesionalmente. Lo ordinario de las clases particulares hacían extraordinario y hasta  impensable, trabajar en el Instituto Cervantes. Hoy en día lo hago y esa magia de mezclar la enseñanza a niños autistas en Hope y la enseñanza del español a niños monolingües en el Cervantes, me dan la satisfacción de decir que mi vida es extraordinaria, sencillamente porque es lo que hace 5 años consideraba imposible. 

Obviamente eso no quiere decir que quiero que se quede como está, quiero hacer cambios, quiero buscar unas cosas y probar otras…quiero cosas, como todo el mundo, pero me siento bien  y lo más importante, siento que vuelvo a disfrutar de mi tiempo libre. 

Tengo otra vez ganas de hacer cosas, de hacer planes, me gusta irme al cine con mis  amigas y  ver pelis con las que nos reímos y lloramos como si tuviésemos 15, me encanta quedar los viernes a comer con Victoria, pasearnos por el centro y comprarnos  un bubble tea o un postre super gordito.  Me gusta que no tengamos amigos comunes porque nos da ese espacio que ambos necesitamos tanto. Me gusta la idea de volver a Estados Unidos otra vez, cosa que durante mucho tiempo pensé que sería imposible. Me gusta la idea de volver a un sitio que me gusta muchísimo como es Florida, en el que disfruto y en el que tengo la ilusión de ver a gente a la que quiero, pero que ha pasado muchísimo tiempo desde la ultima vez que les di un abrazo. 


Me imagino que además de arrugas y canas, los años traen esta  tranquilidad,  esta sabiduría, paciencia y libertad, mucha libertad para vivir tu vida exactamente como quieres, sin importarte lo que otros puedan decir u opinar. Al final, tu vida es tuya y las opiniones de los demás, son simplemente eso, opiniones de los demás. Como buena venezolana, para mí era super importante el qué dirán, después de más de una década fuera, ese cliché me lo he quitado. Sabina tenía razón cuando dijo que las opiniones eran como los culos, que todos tenemos uno y siempre pensamos que el de los demás apesta.  ¿Qué le vamos hacer? Somos humanos.

No es que esté lejana, simplemente estoy viviendo, me levanto por las mañanas con esa incertidumbre no saber si  trabajar para mejorar el mundo o simplemente aceptarlo tal y como es y disfrutarlo.