sábado, 29 de noviembre de 2014

recordando...

Diciembre ya está aquí para celebrarlo qué mejor que una cena en condiciones? Hemos hecho una cena española a nuestros amigos chinos, y la verdad es que todo ha quedado muy bien. Las croquetas como siempre han triunfado y hemos disfrutado hablando de los temas más variopintos. Desde nuestra experiencia personal recordando la magia de las navidades, los suicidios,  cómo es el proceso para recibir el año con las uvas incluidas que por supuesto los maravilló y que por primera vez este año disfrutarán en nuestra casa. Recibir el año occidental, un concepto completamente nuevo y fascinante para ellos...

Somos tan diferentes y es maravilloso hablar entonces de cosas que hasta que alguien ajeno te las pregunta, no te pones a pensar lo mucho que han marcado tu vida. Navidades y su magia, porque pocas cosas existen tan mágicas como ese momento ya sea del 25 o del 6 enero cuando te despiertas y ves como aparecen ante tus ojos tu maravillosa lista hecha realidad. En mi caso, envueltos, en papeles maravillosos, con lazos, a los pie de la cama, en el árbol de navidad. En el caso de Jaime, sin envolver, con la regla de "antes de las 6:00 no se levanta nadie", con globos y confeti... quizás no recordamos cada navidad por separado, pero la emoción, los nervios, la exitación y la ilusión si que la atesoramos. Nos reímos pensando en lo ingenuos que éramos y sobre todo en lo rico que es ser ingenuo, que no exista mayor preocupación más allá de encontrar la barbie astronauta rubia o negra. 

Recuerdo una navidad en Houston, muy preocupada porque el niño Jesús no sabría dónde estaría yo. Recibir un reloj de My melody que me encantó, era de esos que se abrían y la correa era de tela y rosada. Días después llegamos a casa y al abrir la puerta me encontré  nada más y nada menos que la casa grande de la Barbie, esperándome, lista para mí.  Qué alegría darle la razón a mi mamá que me había repetido que el niño Jesús  aunque yo no estaba si que me había dejado los regalos. También recuerdo otra navidad, esta mucho mas complicada, sin  los mil regalos acostumbrados, con un solo regalo bajo el árbol que me hizo super feliz, el reloj swatch que había estado viendo por la vitrina un montón de tiempo...

Las navidades son para los niños, pero son también para los adultos porque de ellas recolectamos recuerdos como tesoros. Los San Nicolás en la Arboleda, llegando siempre de forma sorpresiva, en camioneta, en moto, y cuando fue mi papá debió ser algo muy especial. Yo era muy pequeña, pero recuerdo claramente el ver hacia el cielo, quizás por el ruido. Ese año,  San Nicolás llegó nada más y nada menos que en Helicóptero. Cuanta alegría entonces con los kioskos de cerveza y refresco en la plaza, con las carreras de saco, las gaitas, con San Nicolas llamando a cada niño a darle el regalo que quería. 

Recuerdo la música, los aguinaldos, y por supuesto, la paradura del niño. Tradición merideña importada por unos vecinos, pero en esa época, el D1 era una gran familia y la paradura, no era de los Márquez, era nuestra, era del D1. Y entonces había música, y venía un grupo de música típica y había chocolate caliente y chicha andina. Y cantábamos en las escaleras de casa de Luz  y luego frente al pesebre e íbamos de casa en casa, porque el niño Jesús se lo habían robado. Solo un año estuvo en mi casa, me lo robé yo el día antes o así y recuerdo el orgullo que sientes cuando te toca la puerta ese gentío cantando y  resulta que la búsqueda se ha terminado, que ahora si que comienza la celebración.  Recuerdo los fuegos artificiales,  los de colores, los que sonaban, la neblina,  el olor a pólvora, el pecho trancado por el olor a pólvora, las ruanas, el pecho trancado por la lana de las ruanas...

Mis navidades fueron todas especiales, incluso aquellas en las que decidí acostarme a dormir porque no tenía el cuerpo para celebraciones. Fueron especiales porque mi mamá las respetó siempre,  porque cuando quise comerme las uvas otra vez, ella estuvo a mi lado y nos volvimos a comer las uvas juntas... y ella lloraba, como siempre ha llorado los 31 de diciembre, como lloran mis hermanos, como llora mi tía, como lloro yo... lloramos de alegría, de emoción, de tristeza, de nostalgia. Lloramos con tristeza  porque despedimos un año con los bueno y con lo malo y lloramos con ilusión por la emoción de esa nueva oportunidad, ese nuevo ciclo. Eso si, si nos preguntan junto en ese momento por qué lloramos, no vamos a saber qué responder...

Ya no recibo el año con las campanadas de la  catedral de Caracas escuchándolas por la radio, ni con la Billos, ya no como hallacas o jamón planchado. Ahora lo recibo por televisión, escuchando las campanadas de otro país. Ya no hay un árbol inmenso, ni un millón de regalos.  Pero lo maravilloso y lo real sigue ahí, porque aunque nos separe un oceano, una negrita en Venezuela y un negrita en Dublin, se siguen comiendo las doce uvas juntas, oyendo las campanadas de TVE en Canarias. 

Diciembre ya está aquí, mi tía Yadira llega el martes, ya están las luces puestas y hemos comido turrón, así que por aquí ya es Navidad...que ilusión!


lunes, 24 de noviembre de 2014

Paradojas de las intensidades.

Hay día en los que pienso, sinceramente hay otros en los que no. De hecho, hay meses en los que pienso mucho y otros en que voy a lo Obama, pues más o menos todo se reduce a sota, caballo y rey. Y cuando digo que no pienso no quiero decir que tenga actividad cerebral muerta, sino que no me dedico a ser una existencialista, con un hamster dando vueltas en la rueda fantástica que tengo en la cabeza. Ahora bien, si el comportamiento es en si intelectual y existencialista, las razones son de lo más variopintas. 

A día de hoy no hay nada  que me quite el sueño y entonces me invento historias, muevo los muebles, veo casas por daft.ie, hago preguntas intensas a mis amigos al volver de un viaje, me veo 10.000 videos de clases de español, para descubrir que se lo mismo que al comienzo, nada y de vez en cuando, todo hay que decir que cada vez menos, me suena la alarma tipo Dalek de: mamá, mamá, mamá, quiero ser mamá.  "You will be a good mummy".

Por qué aparece este sentimiento porculero? no lo sé. El otro día Jaime dijo algo así como que tal persona era mayor que nosotros porque tenía 37 y yo m reí porque fue como: Guapo que en menos de un mes los 37 palazos los cargas tú! Y en un par de meses más, yo. Y entonces es imposible o para mi lo es, que ese click no salte.

 Mi edad para ser madre fue aumentando más o menos desde siempre. Pensaba durante mucho tiempo que 27, 28 años sería la edad perfecta. Luego, te casas en el 2004 y piensas que hay que disfrutar del matrimonio, cosa de la que me siento muy orgullosa de haber hecho, porque si bien creo que los bebes pueden ser maravillosos, precipitan muchas cosas en una pareja. 

Y luego, pues vino lo que vino, la debacle absoluta, donde  todo lo difícil se hizo imposible, donde tuvimos negros y grises, pero donde también nos dimos cuenta de lo  bien que habíamos elegido.  Y entonces, hace unos cinco o seis años dejamos de ahogarnos, de literalmente ahogarnos y la marea aunque complicada, se hizo más llevadera. Luego, hace 5 llegamos a Irlanda, y  poco a poco todo ha ido a mejor, con todas las cosas que supone vivir en otro país, con lo bueno y con malo, porque si bien bueno ha habido mucho, también nos han pasado cosas malas, pero vamos, como a todo mortal que viene a este mundo. Hemos venido a vivir y se vive con lo bueno pero se aprende a vivir mejor, con lo malo. 

Cuando pienso con esperanza creo que me quedan 3 años para ser madre. Tres años que es un  tiempo o plazo impuesto por mi, no por la ciencia, ni por la sociedad, ni por nadie en general. Creo que tener hijos siendo joven es algo positivo y trabajando con niños te das cuenta de lo importante que es este pequeño dato. Los hijos de viejos, son eso, hijos de viejos y si bien respeto la decisión de otros, no me gustaría ser parte de ese grupo. Creo que la decisión de ser madre a cualquier edad, es egoísta, basicamente  porque piensas en tú necesidad y no en lo que será la vida futura de esa otra persona, tan importante como tú.

 Así como veo normal que no te den con 50 años una hipoteca por 30 años, también veo normal, que te plantees una edad límite para ser madre. Pienso en mi mamá o en la mamá de Jaime, pienso en mis hermanos, en mis sobrinos... 60 años son entonces como muchos, para tener  que lidiar con una post adolescencia. A cinco años de la jubilación? De verdad, voy a tener la energía necesaria? porque lamentablemente, no solo de amor vive el hombre y para criar se necesita energía. Me llevo con mi hermana 18 años y mi papá siempre dice que la crianza fue completamente diferente, porque las mil cosas que hizo conmigo a los 30  ni se las planteó con Nicole. El tiempo sin duda pasa factura. 

Yo quisiera tener la madurez para comprender muchas cosas, para manejarlas de la forma más sana posible. Para creer que incluso sin haber sido tu elección, es posible ser completamente feliz, porque sino me parecería que la vida es realmente injusta. En realidad, ya lo pienso, pero no solo por esto, sino por miles de cosas más importantes que yo.  El cáncer es injusto,  la gente que nace y muere sin saber lo que es la paz, es injusto, enterrar a un hijo, es injusto, morir de hambre, de gripe, de polio o sarampión, es terriblemente injusto. En momentos así te das cuenta que lo eres todo, pero que al mismo tiempo, no eres nada. Tu problema es tan pequeño, que entonces lo injusto es pensar que solo eso te impedirá ser completamente feliz...

Feliz como te sientes muchos de esos días, cuando la rueda de hamster no saca humo y consideras que nada te falta... 

Paradojas de las intensidades.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

No esta muerto, estaba de parranda...

Pues aquí estoy, no estaba muerta ni de parranda, no ha pasado nada extraordinario para dejar de escribir en el blog, tampoco ha sido una hecatombe, simplemente, este blog existe porque yo quiero y escribo en él, también cuando quiero. 
El último post es de cuando volvimos de Italia...a día de hoy para desgracia de Jaime, me parece que eso ocurrió hace cerca de mil años. Mi relación con el tiempo es particular, pero eso es otra historia. 
Qué cosas han pasado? Pues la verdad es que no muchas. Hace un tiempo pensaba que mi vida era aburrida, pero luego me he dado cuenta que mi vida es más o menos como la del todo el mundo. Tienes tu trabajo, tus rutinas, tus horas de sacar el perro, tus días para beber Bubblecity, tus momentos de facebook que en mi caso son realmente cortos, tus momentos pinterest que en este caso y comparativamente son muy largos, aunque en el 90% de los casos, Pinterest podría catalogarla como una herramienta de trabajo. Además están los momentos, "cena especial", o los momentos de pasear. Para el fin de semana del 15, nos vamos a la zona más bonita de Irlanda. Nos vamos a Kerry, a descubrir por qué está ubicada dentro de los 10 lugares que no te puedes perder de Europa, incluso por encima de Dublín. 

En fin, que mi vida transcurre tranquila, en mi casita dublinesa, con mi perro maravilloso haciéndose super mayor y un esposo entregado en cuerpo y alma a la llamada del deber. Días, noches y madrugones ha trabajo Jaime en los últimos dos meses y ya por fin, Call of duty 2014, salió ayer airoso y con muy buenas críticas. Olé, Olé, Olé.... 

En mi trabajo, las cosas siguen bien, y la verdad es que me gusta lo que hago, por momentos puede ser caótico, muy caótico, con lágrimas, tirones de pelo y mordiscos incluidos, pero...y cuando llegan los besos y los abrazos y los I love you teacher? Esta es una carrera 100% vocacional  y es como el regaliz, o te encanta o lo odias. 

Además yo que nací con el gen de estudiante muy  desarrollado, pues ando como diría mi abuela, bañada en agua de rosas con mi curso de profe super profe del Instituto Cervantes. Y además con la ilusión de hacer un curso el año que viene, que estoy segura que me va a encantar.  Ademas hay uno en el Trinity que me llama mucho la atención es más de trabajo inútil tipo mi carrera, pero claro, como dirían en Gerindote, tampoco es que yo tenga innnumerables posibles y aquí en Dublín, cualquier curso cuesta sus buenos cuartos. 

Y por supuesto, como no estar emocionada volviendo a España estas navidades, con ese complejo de turrón que Jaime y yo tenemos y la baja de langostinos, calamares, navajas y similares, propias de esas fechas tan señaladas y con unos precios tan solidarios que tal y como está el patio en España quizás no sean tan solidarios allá pero el kilo de langostino a 12 euros, para nosotros, resulta simplemente un regalo si lo comparamos con los casi 40 de aquí.  En fin, que muchas ganas de ir a España y muchas ganas de comernos España. 

2014 era un año muy importante para nosotros, y en algunas cosas ha sido bastante caótico, pero creo que todos los años son parecidos y las cosas malas que ocurren, en un año como este tan esperado, pues lo magnifica todo. Yo, la verdad es que estoy contenta, disfrutando de mi vida, de la forma en que decidí vivirla. Aprendiendo cada día algo nuevo, descubriendo cosas, gente, lugares... me encanta descubrir lugares, pensar, filosofar, reírme de mi misma, de ti, de todas las cosas insólitas que pasan en este  mundo disfrazado de normalidad. 

Ahora disfruto nuevamente a escribir por lo que quizás y solo quizás, me volveré a pasar por aquí muy pronto,